Tic Tac Tic Tac
Las manecillas marcan las doce, ya hace dos horas que
intenta dormir.
Tic Tac Tic Tac
Las manecillas marcan la una, de los dos litros de leche ya
solo queda el cartón. Tenía la ligera sospecha de haber descompuesto el
microondas.
Tic Tac Tic Tac
Las manecillas marcan las dos, las ovejas están haciendo
huelga y no quieren volver a trabajar. Su líder agotada de la cerca tener que
saltar fue recluida en el hospital para ovejas del país de los sueños.
Tic Tac Tic Tac
Las manecillas marcan las tres, la botella de píldoras para
dormir reposa vacía en alguna esquina del cuarto. Los calmantes hacen fiesta en
su sistema nervioso mientras, mira al techo rogando por un poco de paz.
Tic Tac Tic Tac
Las manecillas marcan las cuatro, la resignación ha llegado
a su cerebro y se confina a la pantalla
de la televisión. Pero como es común en estos casos la programación traiciona
hasta al más fanático de sus seguidores, las películas todas ya vistas en otras
noches de insomnio, repiten los diálogos, como las maquinas su movimiento.
Tic Tac Tic Tac
Las manecillas marcan las cinco, Oh! descubrió la causa de
su mala suerte y con una decisión, tan poderosa como la que siente un adicto a
la adrenalina antes de hacer su salto más arriesgado, se marcha del cuarto, en
busca de un arma especifica; un martillo.
....
....
....
Las manecillas ya no marcan nada, pues el reloj ya no
existe, ahora es solo una pila de engranajes dentro del cubo de la basura, y su
cabeza descansa cerrando los ojos y tocando las puertas del país de los sueños.
Pero, siente una leve molestia sobre sus ojos y aunque
intenta ignorarla se ve obligada a abrir una pequeña rendija para poder ver y
subir su mirada, logrando, con gran desilusión, ver que el sol alegre y
colorido llena todos los espacios de la habitación mientras las ovejas
vengativas se rien dentro de su cabeza ante su mala suerte.
En ese momento deseó, desde lo más profundo de su alma,
estar soñando.
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